Después de una vivencia complicada con peticiones independentistas, en 1946 Sicilia obtenía un estatuto especial de autonomía regional, elevado a norma constitucional en 1947 por la Constitución Republicana. El Estatuto Siciliano inspirándose en el Estatuto de Cataluña de 1932, con la mediación del jurista G. Ambrosini y recogiendo sus peculiaridades históricas, reconocía a la isla poderes especiales de autonomía, que la diferenciaban de las demás regiones con estatuto "normal", tal y como recogía la misma Constitución de 1947.